A pobres herramientas, grandes habilidades
El pianista valenciano Víctor Trescolí Sanz hace suya esta frase de Marcel Duchamp, que define muy bien su relación con el piano de juguete. Él, músico de formación clásica y profesor del Conservatorio Superior de Música de València, disfruta con las limitaciones que imponen estos pequeños instrumentos, que no suelen sobrepasar los 50 centímetros de ancho ni tener un registro de más de tres octavas. Desde hace ocho años, Trescolí ha dedicado su carrera creativa a dignificar el toy piano. Lo hace de dos maneras: catalogando e interpretando el repertorio compuesto para este instrumento en el pasado, y componiendo él mismo piezas originales. Su última aportación es un EP de cuatro canciones –A: Toy– publicado hace unas semanas en formato digital.
“Todo empezó como una válvula de escape -explica Trescolí-. Yo estaban en Ámsterdam, estudiando un máster y esforzándome muchísimo. En esos sitios se estudia con mucha intensidad y con mucha proyección. Pero, en un momento dado, me di cuenta de que necesitaba un poco de aire. Me dije que necesitaba hacer cosas nuevas. En 2010 compré un piano de juguete, y surgió chispa. Me sorprendió comprobar que se podían hacer más cosas de lo que pensaba. Me puse a investigar y descubrí que, además, en ese momento había en el mundo bastantes músicos componiendo obras para ese instrumento. Una vez regresé a España, me matriculé en un máster en la Universidad Politécnica de València. El trabajo de investigación lo dediqué al estudio sobre la historia, interpretación y repertorio del toy piano. Recopilé todo lo que se había escrito hasta ese momento. Y, casualmente, el interés en todo el mundo no ha parado de crecer. Desde 2012 aproximadamente hay una súper explosión de compositores, algunos bastante conocidos, interesados en este instrumento. Desde luego, no todo lo que aparece es bueno, pero sí muchas cosas”.
¿A qué se debe está fascinación? “Con un piano grande puedes hacer lo que quieras, pero es un instrumento con tanto bagaje histórico, que de alguna forma es un atrevimiento pensar que puedes aportar algo nuevo desde el punto de vista de la composición. Sin embargo, la posibilidad de jugar con la limitaciones de un piano de juguete abre una ventana a un mundo nuevo. El reto está en exprimir todo su potencial. Y te aseguro que la gente que asiste por primera vez a un concierto de toy piano alucina con todos los sonidos que salen de algo tan pequeño. Además es muy versátil; por ejemplo, es muy fácil de modular electrónicamente. Para mí, su principal aportación es el impacto que tiene tanto visual, como auditivo. Es una pequeña escultura sonora, que siempre abre puertas a lo inesperado”.
Poor tools, great skills
The Valencian pianist Víctor Trescolí Sanz endorses this phrase by Marcel Duchamp, which very well defines his relationship with the toy piano. He, a classically trained musician and professor at the Higher Conservatory of Music of Valencia, enjoys the limitations imposed by these small instruments, which do not usually exceed 50 centimeters wide or have a range of more than three octaves. For eight years, Trescolí has dedicated his creative career to dignifying the toy piano. He does this in two ways: by cataloging and performing the repertoire composed for this instrument in the past, and by composing original pieces himself. His latest contribution is a four-song EP -A: Toy- published a few weeks ago in digital format.
“It all started as an escape valve,” explains Trescolí. I was in Amsterdam, studying a master's degree and trying very hard. In those places it is studied with great intensity and with a lot of projection. But, at a certain point, I realized that I needed some air. I told myself I needed to do new things. In 2010 I bought a toy piano, and a spark arose. I was surprised to see that more things could be done than I thought. I started to investigate and discovered that, in addition, at that time there were quite a few musicians in the world composing works for that instrument. Once I returned to Spain, I enrolled in a master's degree at the Polytechnic University of Valencia. I dedicated the research work to the study of the history, interpretation and repertoire of the toy piano. I compiled everything that had been written up to that point. And, coincidentally, interest around the world has not stopped growing. Since approximately 2012 there has been a super explosion of composers, some quite well-known, interested in this instrument. Of course, not everything that appears is good, but many things are.”
What is the reason for this fascination? “With a large piano you can do whatever you want, but it is an instrument with so much historical baggage that in some ways it is daring to think that you can contribute something new from the point of view of composition. However, the ability to play with the limitations of a toy piano opens a window to a new world. The challenge is to squeeze its full potential. And I assure you that people who attend a toy piano concert for the first time are amazed by all the sounds that come out of something so small. It is also very versatile; for example, it is very easy to modulate electronically. For me, its main contribution is the impact it has both visually and auditorily. It is a small sound sculpture, which always opens doors to the unexpected.”
Noticia de 2020 en (https://valenciaplaza.com/)